INSTITUCIONALIZACIÓN DEL SISTEMA DE CUENTAS DE SALUD SHA 2011 EN AMÉRICA LATINA
INSTITUCIONALIZACIÓN DEL SISTEMA DE CUENTAS DE SALUD SHA 2011 EN AMÉRICA LATINA
Con la publicación del Sistema de Cuentas de Salud en 2011 (SHA 2011, por su sigla en inglés) como metodología estándar mundial para medir el gasto en salud, se esperaba que se consolidase su utilización en el mundo. Algunos países de la región de las Américas adoptaron el marco a partir del año 2000, cuando se estableció la primera versión, y luego migraron a la versión actualizada (SHA 2011), que es el referente internacional desde el 2016. La notificación estándar de las cifras de gasto en salud se ha visto facilitada por la Base de Datos mundial del Gasto de Salud (GHED, por su sigla en inglés) de la Organización mundial de la Salud (OMS). Para su actualización anual, los países que tienen equipos de cuentas de salud comunican su gasto o remiten los estudios correspondientes para generar indicadores básicos; en otros casos, los técnicos de la OMS realizan las estimaciones y estas son validadas por los países (1). El objetivo de este documento es tratar de establecer si el estándar SHA 2011 ha propiciado la institucionalización de la medición del gasto en salud en América Latina y el Caribe.
La presente publicación recoge la información de una encuesta realizada en la reunión regional de cuentas de salud en septiembre del 2019 (2), celebrada en Panamá (3), a la que respondieron 14 de las delegaciones presentes 1 . El objetivo es identificar elementos que sirvan para revisar la estrategia de institucionalización de las cuentas en los países de la Región. Como antecedentes, se repasa el establecimiento y la expansión de las cuentas en América Latina, así como la visión de la institucionalización, según los contadores de salud en el mundo. Los resultados de la encuesta describen la perspectiva de los contadores en la Región. Se concluye con reflexiones finales sobre los siguientes pasos y recomendaciones para avanzar en la institucionalización del SHA 2011. Los esfuerzos realizados deben redundar en una mejor calidad y en beneficios para los sistemas de salud: cuentas más pertinentes, producidas de manera regular, eficiente y efectiva.