Ejecución de programas integrales permitirán reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de Enfermedad Renal Crónica en la Región Andina
En el marco del Día Mundial del Riñón, que se conmemoró el 9 de marzo, se realizó Webinar con la participación de destacados especialistas.
El Organismo Andino de Salud – Convenio Hipólito Unanue (ORAS-CONHU) trabaja para promover que los países andinos implementen, de manera efectiva y sostenida, programas integrales que permitan reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en los pacientes renales, a través de un plan nacional que integre los servicios de salud desde el primer nivel de la atención.
Así destacó la Secretaria Ejecutiva del ORAS-CONHU, Dra. María del Carmen Calle Dávila, durante el Webinar “Visibilizando la emergencia sanitaria de la enfermedad renal crónica: Políticas e intervenciones desde el primer nivel de atención”, realizado en el marco del Día Mundial del Riñón, que se conmemoró el 9 de marzo, pasado.
“Venimos trabajando muy intensamente en el manejo y control de las enfermedades transmisibles, como sobrepeso, obesidad y la enfermedad renal crónica a través de la elaboración de documentos técnicos para el diagnóstico y situación actual en los países andinos, como construcción de políticas que permitan el control, diagnóstico y prevención de este grupo de enfermedades”, explicó.
En esa línea, la Dra. Calle Dávila señaló que también es prioritario la implementación de políticas preventivos promocionales de las enfermedades asociadas a la enfermedad renal crónica, como la hipertensión y diabetes, y que, además, los Estados aseguren un diagnóstico oportuno, dado que esto representa un gran ahorro económico para los sistemas de salud.
“Estamos trabajando arduamente para impulsar y posicionar en los países andinos diversos ejes temáticos sobre las enfermedades de alta prevalencia identificadas como prioridades de salud pública, ello debido a su alta carga en la morbilidad, altos costos que hacen peligrar la sostenibilidad y la calidad de su atención, y que originan complicaciones, secuelas y discapacidades en la población de los países andinos”, apuntó.
Asimismo, argumentó que un 10 % por ciento de la población puede tener enfermedad renal crónica en algún momento de su vida y solo un porcentaje muy pequeño alcanza una sobrevida que le permite acceder a los tratamientos de diálisis y otros servicios.
“Se prevé que el problema en los países en desarrollo va a ser difícil de resolver, ya que un 85% de la población mundial vive con bajos o medianos ingresos y se espera que los efectos epidemiológicos clínicos y socioeconómicos de la enfermedad en esta población sean muy graves”, precisó.
Aportes de especialistas
El Webinar contó con la participación de destacados especialistas, como el asesor de Prevención y Control de Enfermedades Crónicas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Pedro Ordúñez, quien resaltó la implementación del programa HEARTS en las Américas, que está basado en acciones para prevenir y controlar la hipertensión arterial como una de las intervenciones efectivas contra la enfermedad renal crónica.
Por otro lado, advirtió que si la región de andina, si sigue la trayectoria que ha tenido en los últimos años, no va a ser capaz de cumplir su meta al 2030 en el marco de las ODS, de reducción de 30 % de la mortalidad cardiovascular.
“En este escenario resulta relevante el papel que tiene la hipertensión, porque esta enfermedad implica más el 60 % de la enfermedad isquémica del corazón y de la enfermedad cerebrovascular, y porque hay una relación estrecha entre el control poblacional de la hipertensión arterial y la mortalidad cardiovascular”, señaló.
Agregó que el 30% de las personas hipertensas anda en la calle sin que sepa que tiene esta condición. “Hay una brecha enorme no solamente en la cantidad de personas que conocen que son hipertensos sino en la cantidad de personas que no cumplen los estándares de tratamiento”, señaló.
Por su parte, el médico nefrólogo de la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología, Fabián Ortiz, destacó la importancia de la detección temprana y el abordaje inicial desde el primer nivel de atención contra la enfermedad renal crónica.
También hizo un llamado a la acción que permita identificar a los pacientes de riesgo con enfermedad renal crónica, como los hipertensos, diabéticos, obesos prematuros o con antecedentes familiares y fumadores; realizar la estimación del filtrado glomerular y del cociente albúmina/creatinina desde la primera consulta para estratificar el riesgo; e iniciar el tratamiento precoz y adecuar un modelo de gestión de salud renal según la realidad de cada país.
“Este llamado a la acción debe ser un cambio en las políticas de salud orientadas hacia una mejora de la salud renal poblacional”, apuntó.
Finalmente, el especialista en Nefrología y Medio Interno de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, Santos Depine, reflexionó que la inequidad al interior de los países imposibilita el acceso al tratamiento y cuidados adecuados de una gran parte de la población ya hace muchos años.
“La inequidad se expresa en la cobertura de la enfermedad renal crónica en el mundo. En los países con producto bruto de ingreso bajo, solo el 4 % de las personas son tratadas; de medio bajo, el 10 %; de medio alto el 30 %; y en los países con alto poder adquisitivo y alto producto bruto interno, el 60% de los pacientes requieren tratamiento son tratados”, precisó.
Agregó que la pobreza y la discapacidad se alimentan mutuamente. “La enfermedad renal crónica es una de las causas más frecuentes de discapacidad, la pobreza agrava la discapacidad y la discapacidad agrava la pobreza”, puntualizó.
Lima, 24 de marzo de 2023
Oficina de Comunicaciones
Organismo Andino de Salud-Convenio Hipólito Unanue