Para enfrentar las desigualdades que caracterizan marcadamente a los países latinoamericanos, incidir en las bases estructurales que determinan la salud, y alcanzar la justicia social y ambiental las intervenciones que tendríamos que implementar cuentan con el respaldo de la evidencia científica. Sin embargo, buena parte de la inacción en varias esferas obedece a la falta de voluntad política que debería expresarse en presupuestos, en sistemas de protección social universal y en un modelo de desarrollo consecuente con el pacto ciudadano de una sociedad inclusiva. Necesitamos decisiones audaces en todos los ámbitos, recuperar la gobernanza de las instituciones referentes en salud y trabajar por el bien común de todas las naciones.
En septiembre las autoridades de salud de las Américas se han dado cita en Washington DC para debatir y tomar posiciones ante temas urgentes como la salud mental, la vigilancia genómica y el progreso para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También este mes el ORAS-CONHU ha iniciado la elaboración de su Plan Estratégico 2023-2030. Todos estos espacios tienen un mismo sentido: proyectar el quehacer de las instituciones rectoras de la salud en la región, con la máxima de garantizar el derecho de todas las personas al bienestar, y el equilibrio de la naturaleza.