En el ORAS-CONHU estamos convencidos de que todas las personas, en un tiempo u otro, somos migrantes. Desplazarnos hacia un territorio nuevo, no nos hace menos humanos ni menos merecedores de derechos. Allí donde vamos también construimos, aportamos, nos integramos a la dinámica cultural y social del lugar. ¿Por qué ser excluidos algunos de acceder a las soluciones que existen en el espacio al que llegamos?
Es esa relación solidaria y armónica la que abre un círculo virtuoso de integración. Al cuidar de los migrantes se cuida a la sociedad toda. Los sistemas de salud, educación y de protección social están llamados a ser inclusivos, a acoger a las personas migrantes y dar respuesta a sus necesidades, a ofrecerles lo máximo disponible como provisión de bienestar para todos sin distinción.
Porque todos tenemos los mismos derechos.
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