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Secretaria EjecutivaSi de alguien precisamos equilibrio, paz, alegría, confianza y plenitud, es de una Madre. Ellas resumen en su cuerpo y en su espiritualidad la realidad del mundo que habitan. Cuando las condiciones les son favorables, e incluso en medio de la adversidad, trazan y acompañan los cursos de otras vidas. Cuidémoslas, no solo porque su entrega nutre la existencia humana, sino porque merecen, porque también nos necesitan.

La salud mental y la salud materna han de protegerse como unidad indisoluble. El bienestar de toda familia gira en torno a las madres, durante el embarazo, después del parto, en su tarea cotidiana. “Sí, Madre, puedes sentirte mal, no hay culpa en eso, no estás sola”. Las políticas sociales deben dar marco y materialidad a la salud mental materna, disponer recursos y apoyo a las madres y las familias que presentan problemas de salud mental. Los sistemas de salud y sus profesionales tienen que estar a la altura de velar por este derecho que, al ser respetado y ejercido, se traslada a la sociedad de una manera sanadora.