El embarazo no planificado en la adolescencia reduce las potencialidades de realización y desarrollo personal de quienes, sin la madurez física y emocional necesaria, se ven ante la responsabilidad de criar a su bebé. Esta situación tiene consecuencias en el curso de la vida de progenitores, descendencia y toda la familia. Para las niñas de los estratos sociales más empobrecidos, con menor escolaridad, de minorías étnicas y de zonas rurales o remotas el riesgo de quedar embarazadas siendo adolescentes se triplica con respecto a aquellas que viven en áreas urbanas y han recibido una mayor formación educativa. Esta es una estadística de la injusticia, de la desigualdad, de la vulneración de derechos sociales, de una pobre perspectiva del desarrollo, de un problema ético y de salud pública.
Niñas, niños, adolescentes y jóvenes son sujetos de derecho. Es responsabilidad de los Estados garantizarles apoyo y protección social universal, acceso real a la escuela secundaria de calidad, a los servicios de salud, a información y consejería, a su participación efectiva con capacidad de incidencia en decisiones de políticas y legislaciones que les afectan, a educación sexual integral, a métodos anticonceptivos modernos y de larga duración. Por ello, en el ORAS-CONHU fortalecemos el trabajo de los Ministerios de Salud para, en diálogo permanente con las organizaciones en que se agrupan con fuerza estas voces tiernas y firmes, prevenir el embarazo en adolescentes.