Trabajar por los derechos de niñas, niños y adolescentes es una cuestión de consecuencia con los ideales de justicia e igualdad que defendemos en el ORAS-CONHU. Como colectivo humano estamos llamados permanentemente, cualquiera sea el ámbito en que nos desempeñemos cada uno, a responder una pregunta trascendental en nuestra vida: ¿Qué más puedo hacer yo y qué más podemos hacer nosotros para que se respeten los derechos de la infancia y la adolescencia?.
La primera respuesta que damos no es “actuar”, no es “protegerles”, no es “dictar políticas que garanticen su bienestar y exigir que se cumplan”. Claro que todo eso forma parte de nuestra labor y lo hacemos. Sin embargo, la primera respuesta es: “escuchar, escucharles”. Solo podemos comprenderles si velamos por su libertad para expresarse y trazar sus caminos y horizontes. Como premisa del amor, lo que nos corresponde es acompañarles en sus decisiones, sueños y proyectos; poner nuestra experiencia adulta a su servicio y permitirles andar. Confiamos en que saben hacerlo.